Al rato empezó a estar un poco molesto tal vez por la humedad o porque ya estaba cansado, así que nos fuimos rapido, aunque nos dió tiempo a comprar algunas flores para adornar nustro jardín.
Lo bueno de ser un vivero de pueblo es que además de haber flores tabién venden plantas de hortalizas y demás para hacer un huerto, y como nosotros tenemos pensado dejar un trocito de la parcela para plantar uno, pues no va a venir muy bien.




Cuando estabamos llegando a casa paramos a comprar unas frutas y verduras a un hortelano del pueblo, y es que siempre que podemos se lo compramos a ellos. también tenía huevos que había recogido esa mañana de sus gallinas pero a nosotros nos traen los abuelos de pueblo.
Es una de las ventajas de vivir en un pueblo, que los productos son muy frescos;-)
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